Líneas eróticas

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Soy chica y trabajo en líneas eróticas

A lo largo de mi vida he tenido muchos trabajos: he sido cajera en un supermercado, he trabajado en un taller arreglado coches (si, en un taller), poniendo multas como revisora de parquímetros… pero ninguno de estos trabajos había podido rellenar mi vida (y mucho menos mi cuenta corriente).

Un buen día, viendo la televisión, encontré la que podía ser la solución a mi vida: trabajar en una línea erótica.

No tenía demasiada experiencia con tíos, mucho menos a través del teléfono, pero pensé que no debería ser tan complicado.

Me apunté a una oferta laboral y en el mismo día me llamaron. Después de hacer una prueba, en mi opinión bastante sencilla, empecé a trabajar.

 

¿Cómo fue mi experiencia en las líneas eróticas?

La verdad es que fue un trabajo que me apasionó desde el primer momento. Nunca había imaginado que decir todo tipo de guarradas en las líneas eróticas era algo que me pusiera tanto a tono… pero si que lo hacía.

Todos ellos querían que yo le excitara al máximo, que me tocase el coño mientras lo estaba haciendo y que disfrutará a la vez que ellos lo hacían.

Podía no haberlo hecho, podría simplemente haber fingido que lo hacía… pero no fue así. Me encantaba ser una guarra y dar lo mejor de mí en cada cliente.

En realidad no sé porque hablo en pasado ya que es algo que sigo haciendo sin parar.

Y bueno, el sueldo es una maravilla: he pasado a cobrar hasta 5 veces más de lo que cobraba en el supermercado. Sé que tengo trabajo para mucho tiempo porque, aunque envejezca, mi voz seguirá siendo igual de seductora y conseguiré excitar a mis clientes lo máximo posible sin ningún tipo de problema.

Prueba el servicio llamando a la línea erótica que aparece en la imagen superior.