Follando con mi mujer en líneas eróticas gratuitas
Nunca habría pensado el giro que dio mi matrimonio cuando un día, sin casi pretenderlo, se nos ocurrió llamar a estas llamadas líneas eróticas gratuitas (que de gratuitas tenían poco, pero sí que es cierto que te regalaban unos minutos iníciales para que pudieras probar lo efectivos que eran sus servicios).
Recuerdo que estábamos un buen día en el sofá viendo la tele como solíamos hacer de forma habitual. Hacía tiempo que no manteníamos relaciones sexuales: cuando uno sentía esa motivación, el otro no la tenía y así repetidamente.
Entonces apareció un anuncio sobre una línea erótica que nos llamó poderosamente la atención. En ese momento empezamos a hablar sobre este tipo de práctica: llevábamos casados más de 4 años y todavía era un tema del que no habíamos discutidos.
Los dos comprobamos que nos sentíamos poderosamente atraídos por él… sin embargo, en ningún caso nos habíamos atrevido a hacer una llamada para poder probarlo.
Fue entonces cuando yo se lo propuse: es más, le dije que llamásemos al servicio que había aparecido en la pantalla para ver si era algo que se ajustase a lo que estábamos buscando (aunque todavía no teníamos ni la mejor idea de que podía llegar a ser).
Con el manos libres activado, hicimos la llamada a estas líneas eróticas gratuitas que tanto iban a marcar nuestras vidas a partir de ese momento. Pero antes de que me diera cuenta, mi mujer se había apoderado del aparato y ya estaba solicitando los servicios de un negro… yo tuve que resignarme, ya que tocaría escoger la vez siguiente.
La cuestión es que, tanto como negro como sin él, estábamos viviendo una experiencia increíble que recordaríamos durante toda nuestra vida. De esta forma conseguimos acabar con la rutina en el matrimonio.