Mi experiencia con el sexo teléfono
La verdad es que nunca me había fiado demasiado de los servicio de sexo teléfono. Recuerdo, en mi época de la universidad, que tenía un par de compañeros que estaban enganchados a ello. En algún momento los escuché hablar de sus hazañas pero no prestaba mucha atención: siempre he tenido claro que se trataba de algún tipo de timo y prefería concentrar mi mente en los estudios.
Por aquel entonces salía con una chica, Mindy y estaba completamente satisfecho, así que no tenía que buscar desahogo sexual de esa manera tan estrafalaria.
Sin embargo, las cosas no salen siempre como debería.
Mi primera vez con un servicio de sexo teléfono
Mi relación con Mindy tan solo duró unos años pero no sufrí, no era alguien demasiado especial en mi vida. Salí con varias mujeres hasta que conocería a la que sería mi media naranja, con la que me obsesionaría hasta llegar hasta tal punto de pasar por una grave depresión en el momento en el que ella me abandonó.
Todavía no se porque lo hizo y, francamente, no me importa demasiado.
Mis amigos intentaron que saliera de casa, que me olvidase de ella cuanto antes. Les hice caso en un par de ocasiones pero, cuando los veía divertirse, me acordaba de lo miserable que me sentía y me iba a casa.
Un buen día probé con el “sexo teléfono”. Necesitaba poder masturbarme con una tía aunque no estaba mentalmente preparado para poder hacerlo. Llamé con ciertas dudas pero lo que me encontré me dejó completamente sorprendido.
Hable con ella, era Mindy, que había entrado a trabajar en esta línea y le pagaban muy bien. Reconozco que cada sábado por la noche la llamo, le cuento mi vida y le pido que me diga todo tipo de guarradas para poder correrme a gusto.